Interés General
Cáritas parroquial ropero: La solidaridad abre puertas y abriga corazones

Después de un tiempo sin actividad, el Ropero Solidario volvió a abrir sus puertas y la comunidad respondió con una ola de generosidad. Dialogamos con Gloria Morano de Goria, una de las referentes del espacio, quien compartió la emoción de ver tanta gente acercarse, no solo en busca de ayuda, sino también para colaborar. “Tuvimos muchísima afluencia de personas que necesitaban ropa, calzado, abrigo. Y gracias a tantos hermanos caritativos, pudimos responder”, contó con gratitud.
El regreso del ropero no solo significó volver a tender una mano a quienes más lo necesitan, sino también ser testigos de gestos que marcan la diferencia. Una familia que no tenía dónde dormir, ahora podrá hacerlo en un colchón de dos plazas que ya fue donado.
Detrás de este trabajo solidario están Ana Magnaterra y Gloria Morano de Goria, quienes con compromiso y constancia sostienen esta tarea desde el Salón Parroquial, ubicado a la derecha de la Iglesia, en la parroquia Nuestra Señora del Rosario. Desde allí, organizan, clasifican y entregan cada donación que llega.
El impacto de estas acciones se siente en cada charla, en cada abrigo entregado, en cada sonrisa que devuelve un poco de dignidad. Y aunque muchas necesidades ya fueron cubiertas, todavía queda mucho por hacer. Por eso, desde el Ropero Solidario invitan a quienes puedan colaborar con sábanas, frazadas y toallas, elementos que siempre escasean pero que son esenciales. Porque ayudar no es dar lo que sobra, sino compartir lo que hace falta. ¿Te sumás?